Los recursos naturales han permitido sobrevivir a toda especie que habita el ecosistema, su utilidad ha permitido la evolución en todos los sentidos. ¿Pero qué sucederá cuando estos recursos ya no existan? ¿Qué se puede hacer para que sigan presentes?, son solo algunas preguntas que invaden a algunos ecologistas, pues bien, nuestros sistemas políticos y económicos han permitido la sobreexplotación de estos recursos. Claro está que satisfacen las necesidades humanas y por tanto tienen cierta demanda, pero con el incremento poblacional esta demanda se convierte en extrema, lo que permite posteriormente que los recursos naturales se vuelvan insuficientes y esto conlleve a la sobreexplotación.Muchos intelectuales proponen reutilizar todos los desperdicios, para generar energía por ejemplo los biocombustibles, pero por desgracia se cree que experimentar su función es muy costoso y siempre terminan por no evolucionar, siendo así que la alerta de sobreexplotación es realmente alta. Se calcula que la extracción de los recursos naturales en más de un 60% es ilegal, lo que genera riqueza de capital y destrucción ambiental sin responsabilidad alguna; más grave aún es que este tipo de problemas los genera generalmente la alta burguesía junto con las grandes potencias económicas mundiales, es decir que sería muy difícil tomar medidas para proteger el ambiente; ya a mediados del siglo XX se informaba sobre la gravedad de destruir el ecosistema, pero han pasado más de 50 años y no se ve ningún plan serio en marcha, pues es lógico, no se quiere perder el capital acumulado; siendo así que estamos por pagar todo el daño que se ha hecho. Generar conciencia no basta ni es suficiente cuando no se toman acciones en la gran problemática. Las reservas naturales se agotan, y la vida también.Una solución fácil y no costosa son RRR, las cuales permiten procesar todos los desechos los cuales satisfacen las necesidades y no perjudican al ambiente ni a la salud.
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